Nosotros
Misión
Concientizar, organizar, unir y representar a los padres de familia para el cumplimiento de sus deberes y la defensa de sus derechos logrando las condiciones políticas, jurídicas, sociales, económicas, culturales y educativas que garanticen el pleno desarrollo de la familia.
Visión
El pleno desarrollo y formación integral de las familias.
Nuestra Historia
2 de febrero de 1962, un día frío y había amanecido con lluvia, pero aún así, con las calles donde todavía corría el agua, 300,000 personas correspondimos al llamado de luchar contra la imposición de los “textos únicos y obligatorios” editados por la Secretaría de Educación para las escuelas primarias, en las que sus contenidos eran tendenciosos, violando la universalidad que deberían tener. No fuimos consultados los padres de familia, responsables primarios en la educación de nuestros hijos. Hemos sido y seremos respetuosos de nuestras Instituciones, pero hay que considerar que quienes las representan, fueron elegidos por nosotros, los ciudadanos, para que administren conforme a nuestras ideologías, costumbres y necesidades, en una forma democrática y respetuosa en la que todos quedemos satisfechos. Esa lucha fue unánime, en la que fuimos creando conciencia en las autoridades correspondientes. Con el diálogo y la participación de padres de familia y maestros, fueron considerados los cambios necesarios en los libros de texto para que pudieran contemplar esa universalidad que debe tener toda enseñanza, principalmente en la enfocada a la niñez. Nunca nos opusimos a las ideologías en los libros de civismo, a lo que nos oponíamos era a lo tendencioso en que estaban redactados. No nos oponíamos a la educación sexual, lo que deseábamos era comprobar que quienes la impartieran estuvieran debidamente capacitados para ello y por supuesto, con la colaboración de los padres de familia y asì coordinados, poder impartir una enseñanza acorde a los principios, costumbres y valores familiares.
Quiero mencionar los nombres de las personas que formaron la Comisión Organizadora, quienes despertaron esa inquietud e hicieron surgir un movimiento de conciencias y responsabilidad en los padres de familia. Eliot Camarena, Humberto Lobo , Arturo Pérez Ayala, Rómulo Garza, Antonio Luis Vignau, Gilberto Luna, Laurence Amaya, Ricardo Chapa Jr., Luis Santos de la Garza, Pablo Emilio Madero, Alfonso Garza, Andrés Marcelo Sada, Juan Celada, Francisco Garza, Francisco Vera, Antonio Plancarte, Luis J. Prieto, Catarino Mata, Cipriano Garza, Ángel Cuevas, Pablo Sarre y Ulises Victoria. Oradores: Eliot Camarena, Sra. Dolores García de Landa, Luis J. Prieto, Rafael Alonso y Prieto y Alfredo Duarte. Fueron tiempos de riesgos y vicisitudes, en las que compartimos codo a codo y de diferentes maneras, la responsabilidad que representábamos en cada una de las etapas que se iban sucediendo, culminando las mas problemáticas durante su inicio y el años 1970 a 1982. Respetamos y fuimos respetados. De libros de “texto únicos y obligatorios”, se modificó a libros de “texto gratuitos”, editados por el Estado y permitiendo usar otros textos que complementaran la educación en los alumnos. Posteriormente se amplió hasta la secundaria. Durante todo este tiempo, hemos pertenecido a la Unión Nacional de Padres de Familia, participando junto a las demás Uniones Estatales, para coadyuvar en la solución a nivel nacional a obtener una verdadera Libertad de Enseñanza. Siempre hemos luchado por la educación integral de nuestros hijos, otorgando el “derecho del niño”, pero olvidamos mencionarles las obligaciones inherentes, como son los valores que debemos tener: respeto, auto-estima , responsabilidad y otros que deben aplicarse principalmente hacia los padres de familia, maestros y personas mayores y sobre todo, a sì mismos, conservando las buenas costumbres, buscando siempre la verdadera felicidad, que es la meta del Ser Humano, para sentirnos cerca de Dios.
La época actual, en la cual papá y mamá trabajan en su mayoría, puede descuidar la educación de sus hijos, dando oportunidad a que la libertad que les otorgan, se convierta en libertinaje, cayendo en manos de quienes pueden dañarlos. Seamos los mejores amigos de nuestros hijos, sin dejar de ser padres, recordando un buen pensamiento que dice “al amigo se le hiere con la verdad, para no destruirlo con la mentira”. Es preferible una corrección a tiempo, que después lamentar no actuar en su momento. El tiempo cambia actitudes de generación en generación, pues antes, con una mirada era suficiente para imponer una disciplina, en cambio hoy es diferente, pues con los “derechos del niño”, nos impide corregir como es correcto, pues se podría caer en lo que se llama violencia familiar. Sería bueno que nuestros legisladores determinaran la frontera entre violencia y corrección para tener una base legal que sustente nuestro proceder en lo que concierne a nuestro derecho de educar. Esta es nuestra obligación y es un reto constante que debemos asumir, por lo que se discute por parte de las autoridades de dedicar tres horas diarias para resolver el problema de la seguridad; para nosotros, es de veinticuatro horas para proteger y educar a nuestros hijos, en el hogar, en la escuela y en todo lugar, en alianza muy estrecha con los maestros y autoridades “que también ellos son padres de familia”, para obtener el mejor resultado en la educación integral que nos demandan estos tiempos y prepararlos para que en el futuro, sepan cumplir también como padres de familia. Debemos llevar a cabo, lo que en tiempo anterior consideramos de formar la “comunidad educativa”, con maestros, padres de familia y alumnos, para involucrar a estos últimos, en lo que respecta a obtener una mejor educación compartida y que se hagan responsables de sus actitudes y no se sientan manejados en sus vidas, pues al tomárseles en cuenta, de seguro aportarán mejores soluciones. Necesitamos comprender a nuestra niñez y juventud, compartiendo con ellos nuestros triunfos y sinsabores, para que también nos comprendan y nos apoyen en la solución a los problemas familiares, participando en lo que les corresponda, según sus edades y capacidades. Recordemos que también fuimos niños y jóvenes, soñadores y rebeldes, y a pesar de todo, aquí estamos con derechos y obligaciones. Hemos escrito una historia que fue vivida por los que ahora pasamos la estafeta a ustedes, actuales responsables de sus hijos, hoy, les toca vivir la historia que será escrita mañana. Debemos participar en las Uniones Escolares, Estatal y Nacional, para que logremos nuestro objetivo; hay que cumplir debidamente como padres de familia responsables y deseo que no nos obliguen a formar la “Unión Neolonesa de Abuelos de Familia”, para apoyar a ustedes, con las nuevas técnicas educativas pero con los conceptos morales básicos que son fundamentales en toda persona y poder cumplir con nuestro lema: “Por mi Deber y por mi Derecho”
C.P. Roberto Garza Treviño